La cartera de inversión

bigstock_investment_portfolio_6722971Esta semana continuaré con el tema referente al ahorro e inversión y hablaremos de la cartera de inversión.

Una cartera de inversión es un conjunto de activos, que pueden ser de diversos tipos, cuya función principal es diversificar, de tal manera que reduzcamos el riesgo.

Estos activos se pueden dividir en varias categorías, que enunciaremos a continuación y que analizaremos con más detenimiento en futuras entradas:

 

– Renta variable: Cuando hablemos de renta variable nos vamos a referir principalmente a acciones de empresas. Se puede participar renta en variable mediante acciones adquiridas en los mercados bursátiles, contratando fondos de inversión (de renta variable) o mediante fondos cotizados (ETF). No hablaremos de otros productos más complejos que no son adecuados para esta filosofía de inversión (futuros, opciones, etc…).

La principal característica de la renta variable, es que su valor sufre variaciones a diario, en función de las cotizaciones bursátiles, pero os adelanto que a largo plazo es el tipo de activo más seguro y rentable que existe.

– Renta fija: Cuanto hablemos de renta fija nos referiremos tanto a deuda pública (gobiernos u otras instituciones públicas), como a deuda corporativa (emitida por empresas). Al igual que la renta variable, la renta fija puede ser adquirida comprando directamente bonos, letras del tesoro, obligaciones… , participando en un fondo de inversión de renta fija o mediante fondos cotizados de renta fija.

Normalmente, la renta fija es menos volátil que la renta variable, pero no siempre es así, ya que existen muchos tipos de renta fija en función del plazo de vencimiento y de la calidad crediticia.

– Otros activos: Los principales tipos de activos que deben componer una cartera de inversión son la renta variable y la renta fija, pero existen otros que pueden ser interesantes con el fin de completar la cartera y lograr una mayor diversificación. Estos activos pueden ser los metales preciosos (el oro principalmente), los inmuebles y algunas materias primas en menor medida.

En futuras entradas dedicadas a la inversión iremos viendo con más detalle los tipos de activos descritos, sus rentabilidades esperadas y su «riesgo» o volatilidad asociada, para poder componer de esta forma la cartera de inversión. A la hora de conformar la cartera, deberemos elegir los porcentajes con los que nos sintamos más cómodos y nos permitan obtener la rentabilidad que esperamos.

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