En esta tercera entrada sobre la renta variable voy a hablar sobre un producto sumamente interesante, sobre todo para los inversores que buscan replicar índices: los ETF (Exchange Traded Fund).
Los ETF son fondos de inversión cotizados, es decir, que se pueden comprar y vender en los mercados financieros como si fuesen acciones normales y corrientes. De hecho, los ETF en general, reparten dividendos al igual que las acciones.
En un fondo de inversión, desde que se da la orden de compra o venta de participaciones trascurren normalmente tres días. En el caso de los ETF se pueden comprar y vender al instante en el mercado de valores donde coticen, y es por ese motivo por el que es usado por muchos inversores como instrumento de especulación, trading intradía o inversiones a corto plazo.
A nosotros los ETF nos van a interesar por otra razón, y es que por lo general replican índices (SP500, Eurostoxx, IBEX35, MSCI…) y pueden ser muy útiles para la inversión pasiva.
He incluido los ETF en esta sección de renta variable porque es lo más habitual, pero hay que indicar que hay muchos ETFs de renta fija, otros que replican materias primas como el petroleo o la cotización metales preciosos como el oro.
Los ETF se identifican habitualmente por un «ticker» o conjunto de tres o cuatro letras. A continuación adjunto algunos ejemplos de los ETF más populares:
SPY: Replica el índice SP500. Comisión de gestión del 0,10%
VIG: Vanguard Dividend Appreciation. Replica un índice de acciones USA con dividendo creciente en los últimos 10 años. Comisión de gestión del 0,10%.
VWO: Replica el índice FTSE Emerging Markets. Comisión de gestión del 0,15%
Una gran ventaja es que las comisiones de gestión de este tipo de productos es bajísima. Por ejemplo, el ETF más popular que replica el índice norteamericano SP500 es el SPY, con una comisión de gestión del 0,10%, mientras que cualquier fondo de gestión activa para el mercado USA tiene una comisión de gestión del 1,5% al 2%, es decir pagas entre 15 y 20 veces más en comisiones.
Por ejemplo, para un patrimonio de 50.000 euros, la comisión de gestión anual con un ETF sería de 50 € y si estamos utilizando un fondo de gestión activa estaríamos pagando entre 750 € y 1.000 € en comisiones. ¡La diferencia es abismal! Este es el momento en el que mucha gente dice «pero con la gestión activa los rendimientos son mayores porque el gestor selecciona las mejores acciones». Por desgracia esto no es así normalmente, y como veremos más adelante, la mayoría de los gestores son incapaces de batir sistemáticamente a sus índices de referencia.
Otra gran ventaja de los ETF sobre los fondos de inversión es la transparencia. Normalmente si inviertes en un fondo de inversión es muy difícil conocer en qué acciones está invirtiendo el fondo. En cambio, en los ETF se puede saber en todo momento dónde está invertido hasta el último euro. Adjunto como ejemplo las posiciones de este ETF, que invierte en empresas USA con dividendo creciente: DGRW.
Por último, una ventaja sobre los fondos de inversión indexados, es que la oferta de éstos es muy limitada, en cambio hay gran cantidad ETF, que replican índices de todo tipo.
Ahora toca hablar de las desventajas respecto a los fondos de inversión:
Cuando se compran o se venden hay que pagar una comisión de compraventa de acciones. En el caso de ETFs cotizados en mercados internacionales (lo más habitual) suele ser de un 0,15%, con un mínimo de 15$. Esto hace que los ETF no sirvan para ir invirtiendo pequeñas cantidades.
Otra desventaja es que al pagar dividendo, hay que tributar a Hacienda por el dividendo cobrado, mientras que los fondos habitualmente son de acumulación y re invierten automáticamente los dividendos, de tal forma que no se tributa por ello.
La mayor de las desventajas es que no se pueden realizar traspasos de capital entre ETFs. En los fondos de inversión sí se puede traspasar el capital sin tener que tributar. En el caso de los ETF para traspasar el capital de un ETF a otro, primero hay que vender el ETF, tributar por la plusvalía (si la hay) y volver a comprar el ETF que nos interesa, pagando además comisiones de compraventa.
¿Fondos o ETF? Ese es el dilema. Cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Más adelante iremos profundizando más.